La existencia de unas extrañas protuberancias en la parte oscura de nuestro satélite ha desconcertado a los científicos durante años
Una protuberancia en la topografía de la cara oculta de la Luna —conocida como las Tierras Altas— ha desafiado durante décadas a los científicos, incapaces de encontrarle explicación. ¿Cómo se formaron esos montículos?
Ahora, investigadores de la Universidad de California en Santa Cruz creen haber resuelto el misterio. Esos «bultos» sobre el terreno pueden ser el resultado de las fuerzas de marea que actuaron en la historia temprana de nuestro satélite, cuando su corteza exterior flotaba sobre un océano de roca líquida. La investigación, fundamentada en una fórmula matemática, aparece publicada en la revista Science.
Ian Garrick-Bethell, profesor de Ciencias Terrestres y Planetarias, descubrió que la forma de bulbo de la Luna podía ser descrita por una función matemática sorprendentemente simple. Y esta fórmula señalaba que las mareas tenían mucho que ver en la formación del terreno. El panorama hace 4.400 millones de años era infernal.
En ese tiempo, no mucho después de la formación de la Luna, la corteza fue separada de la capa inferior por un océano de magma. Como resultado, el tirón gravitacional de la Tierra provocó que la corteza se doblara y se calentara. En las regiones polares, donde este fenómeno era mayor, la corteza se volvió más fina, mientras que las regiones alineadas con la Tierra mostraron una corteza más gruesa.
Este proceso todavía no explica porqué este bulto se encuentra solo en la cara oculta de la Luna. «Uno esperaría ver el bulto en ambos lados, ya que las materias tienen un efecto simétrico», explica Garrick-Bethell. Sin embargo, «puede ser que la actividad volcánica o de otros procesos geológicos en los últimos 4.400 millones de años han cambiado la expresión de la protuberancia en el lado cercano».
Como en la luna Europa
Las variaciones en el espesor de la corteza de la Luna son similares a las observadas en la luna Europa de Júpiter, que se distingue por tener una capa de hielo sobre un océano de agua líquida. Los investigadores aplicaron a la Luna el método de análisis para estudiar los efectos del calentamiento por marea en la estructura de Europa.
La cara oculta de la Luna, rugosa y llena de cráteres
Como en el satélite helado de Júpiter, la corteza de la Luna flotó sobre un océano de roca líquido que se encontraba bajo su superficie. Por ello, los investigadores sugieren que las mismas fuerzas gravitacionales que influyen sobre Europa, derivadas de Júpiter, podrían haber influido sobre la Luna primitiva, pero derivadas de la Tierra. De esta forma, la topografía de esta área lunar podría haber sido causada por variaciones en el calentamiento de las mareas a media que la antigua corteza lunar era desprendida del manto por el océano de magma líquido.
Aunque todavía quedan misterios, como lo que hizo la cara visible tan diferente, el nuevo estudio proporciona un marco matemático para las posteriores investigaciones sobre la Luna.
Fuente: ABC. Aportado por Eduardo J. Carletti
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