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El asteroide 2014 HQ124 pasará a una distancia equivalente al triple de la existente entre la Tierra y la Luna

Sin embargo, los medios no se privaron de dramatizar con títulos impactantes basados en su tamaño y su «apodo»: The Beast (la Bestia). El asteroide recién descubierto pasará con seguridad la Tierra el 8 de junio a partir de una distancia de aproximadamente 1,25 millones de kilómetros, más de tres veces más lejos que la Luna

Designado 2014 HQ124, el asteroide fue descubierto el 23 de abril 2014, por la misión NEOWISE de la NASA, un telescopio espacial adaptado para exploración del cielo en busca de asteroides y cometas. El telescopio ve la luz infrarroja, lo que le permite recoger el brillo infrarrojo de los asteroides y obtener mejores estimaciones de sus verdaderas dimensiones. Los datos de NEOWISE estiman que el asteroide 2014 HQ124 tiene entre 250 y 400 metros.

«No hay ninguna posibilidad de un impacto», dijo Don Yeomans, director de la Oficina del Programa de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California. «De hecho, es bastante común que pasen asteroides cerca de la Tierra. Es de esperar que un objeto del tamaño aproximado de 2.014 HQ124 pase tan cerca cada pocos años.»

Se utilizaron más de un centenar de observaciones de seguimiento financiadas por la NASA, los telescopios terrestres y los de astrónomos aficionados para precisar la órbita del asteroide hasta el año 2200, lapso durante el cual no representa ningún riesgo para la Tierra. Su trayectoria continuará siendo recalculada pasado ese periodo de tiempo cuando se reciban observaciones adicionales.

Yeomans dice que 2014 HQ124 es un buen objetivo para las observaciones de radar utilizando la antena Deep Space Network de la NASA en Goldstone, California, y el Observatorio de Arecibo en Puerto Rico, poco después de la máxima aproximación, el 8 de junio. A menudo, las mediciones de radar de las distancias y las velocidades de los asteroides permiten el cálculo de sus órbitas mucho más lejos hacia el futuro que con otro método conocido.

El 2014 HQ124 es designado como «asteroide potencialmente peligroso», o PHA (Potentially Hazardous Asteroid), que se refiere a los asteroides de 140 metros de tamaño o más grandes que pasan dentro de los 7,4 millones de kilómetros de la órbita de la Tierra alrededor del Sol. En la actualidad hay 1.484 PHAs conocidos, pero ninguno plantea un riesgo significativo a corto plazo de impactar la Tierra.

«Dado que NEOWISE es un telescopio espacial que observa el amanecer y el crepúsculo del cielo en longitudes de onda infrarrojas, es particularmente bueno para encontrar grandes NEOs (Near Earth Objects = Objetos Cercanos a la Tierra) que hacen pasadas relativamente cercanas a la Tierra», dijo Amy Mainzer, el investigador principal del NEOWISE en el JPL. «Utilizando la luz infrarroja, se puede estimar el tamaño del objeto, y podemos decir que refleja una buena cantidad de luz. Eso significa que es más probable que sea un objeto de roca.»

La NASA detecta, traza el recorrido y caracteriza los asteroides y cometas que pasan cerca de la Tierra usando tanto telescopios en tierra como espaciales. El Programa de Objetos Cercanos a la Tierra, comúnmente llamado «Spaceguard», descubre estos objetos, caracteriza un subconjunto de ellos, e identifica sus órbitas para determinar si alguno podría ser potencialmente peligroso para nuestro planeta. Hasta la fecha, las instalaciones estadounidenses han descubierto más de un 98 por ciento de los objetos cercanos a la Tierra conocidos.

Junto con los recursos que la NASA pone en comprender los asteroides, la Agencia también se asocia con otras agencias del gobierno de EE.UU., astrónomos con base en universidades e institutos de ciencias espaciales de todo el país que están trabajando para encontrar, seguir y comprender mejor estos objetos, a menudo con subsidios, transferencias interinstitucionales y otros contratos de la NASA. Además, la NASA valora el trabajo de numerosos astrónomos aficionados altamente cualificados, cuya precisión observacional de datos ayuda a mejorar órbitas de los asteroides después de que se encontraron.

JPL dirige el Near-Earth Object Program Office para el Directorio de Misiones Científicas de la NASA en Washington. JPL es una división del Instituto Tecnológico de California en Pasadena.

 

 

Más información acerca de los asteroides y objetos cercanos a la Tierra está disponible en: http://neo.jpl.nasa.gov/

http://www.jpl.nasa.gov/asteroidwatch

Actualizaciones en Twitter: http://www.twitter.com/asteroidwatch

Fuente: NASA. Aportado por Eduardo J. Carletti

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El Hubble observa la misteriosa desintegración de un asteroide

Inicialmente identificado como P/2013 R3, había sido detectado por primera vez el 15 de setiembre de 2013 y descrito entonces como un objeto inusual con un aspecto difuso

Dos astrónomos, un estadounidense y un alemán, observaron por primera vez la misteriosa desintegración de un asteroide, un descubrimiento publicado el jueves en la revista Astrophysical Journal Letters.

«Ver hacerse pedazos ese objeto ante nuestros ojos fue verdaderamente sorprendente», comenta David Jewitt, profesor de astrofísica en la Universidad de California en Los Angeles, quien dirigió esas observaciones. Fue «realmente raro», agrega Jessica Agarwal, astrónoma del Instituto Max Planck de Alemania, coautora de esta investigación.

El asteroide que se ha desintegrado, que fue identificado como P/2013 R3, había sido detectado por primera vez el 15 de setiembre de 2013 y descrito entonces como un objeto inusual con una apariencia borrosa.

Observaciones realizadas 15 días más tarde con el telescopio Keck sobre el monte Mauna Kea, en Hawai, revelaron tres objetos que se desplazaban juntos en una nube de polvo de un diámetro similar al de la Tierra.

Con una resolución claramente superior, el telescopio espacial Hubble reveló que en realidad se trataba de diez objetos diferentes, cada uno con una suerte de cola como un cometa. Los cuatro fragmentos mayores medían unos 200 m de radio, es decir el doble de un campo de fútbol, precisan los astrónomos.

Las mediciones realizadas por los astrónomos con el Hubble muestran, asimismo, que esos fragmentos se están alejando unos de otros a una velocidad de 1,5 km/h.

El asteroide comenzó a desintegrarse a principios del año pasado, pero las últimas imágenes muestran que siguen apareciendo nuevos fragmentos.

Es muy improbable que esa fragmentación del asteroide sea el resultado de un choque violento e instantáneo con otro objeto, explican los científicos. Descartan también una desintegración provocada por la presión resultante de que se haya fundido y posteriormente vaporizado el hielo en su interior, puesto que el asteroide es demasiado frío y está demasiado alejado del Sol.

Queda otra posibilidad: que este asteroide se haya desintegrado por los sutiles efectos de los rayos del Sol, que con el paso del tiempo determinaron que se acelerara su velocidad de rotación, conjeturan estos científicos. Ese efecto de la fuerza centrífuga podría haber terminado por fracturar una estructura interna debilitada del asteroide, probablemente por numerosas colisiones con otros objetos en el curso del tiempo, explican.

Los fragmentos del asteroide, de unas 200.000 toneladas cada uno, serán una fuente abundante de meteoritos en el futuro, la mayoría de los cuales terminarán en el Sol, aunque pequeños fragmentos podrían caer en el futuro en la atmósfera terrestre.

«Se trata de la última observación de un objeto celeste raro; la precedente fue la de un asteroide con seis colas», en octubre de 2013, señala Jessica Agarwal.

Fuente: Hubble. Aportado por Eduardo J. Carletti

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Detectan vapor de agua en el planeta enano Ceres

Ceres, el planeta enano más pequeño del Sistema Solar, contiene vapor de agua en su atmósfera. Así lo ha demostrado un equipo de investigadores gracias a las observaciones de la sonda Herschel de la Agencia Espacial Europea (ESA) en un estudio recién publicado por la revista Nature

Ceres es el objeto más grande del cinturón de asteroides o cinturón principal, una región comprendida entre las órbitas de Marte y Júpiter que alberga cientos de cuerpos celestes. Pero a diferencia de la mayoría de los asteroides, Ceres tiene una forma prácticamente esférica y por tanto pertenece a la categoría de planeta enano, la misma en la que se encuentra Plutón desde 2006.

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El hallazgo de agua en Ceres es importante, según los autores de la investigación, porque refuerza la teoría de que parte del agua de los océanos en la Tierra llegó a nuestro planeta a bordo de asteroides.

Cuando el Sistema Solar se formó hace 4.600 millones de años, sus regiones centrales eran demasiado calientes como para que se condensara agua en sus planetas interiores: Mercurio, Venus, la Tierra y Marte. Por ello, se cree que el agua llegó a estos planetas como consecuencia del bombardeo de cometas y asteroides que impactaron sobre sus superficies.

Ceres fue descubierto en 1801 por Giuseppe Piazzi e inicialmente fue clasificado como un cometa, después como un planeta y un asteroide, hasta que finalmente se le catalogó como planeta enano en 2006.

Es «más o menos redondo», explica Michael Kueppers, autor principal del artículo e investigador de la ESA en su sede española de Villanueva de la Cañada (Madrid). Además, supone casi un tercio de la masa total del cinturón asteroides, carece de atmósfera y su temperatura máxima alcanza los 90 grados bajo cero.

«Hemos constatado la existencia de hielo en la superficie de Ceres, que sublima y se convierte en vapor», ha afirmado Kueppers. Según este investigador, se trata de la primera vez que se detecta agua en este planeta enano y en un objeto del cinturón de asteroides.

La detección ha sido gracias al observatorio Herschel, que captó vapor de agua en este planeta en octubre de 2012 y en marzo de 2013. Kueppers ha señalado que según estas observaciones, hay más agua en determinadas zonas de Ceres.

Fuente: El Mundo. Aportado por Eduardo J. Carletti

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