Ficción Breve (cincuenta y ocho), varios autores
Agregado en 31 julio 2010 por admin in 209, Ficciones, tags: Cuentos
En los primeros años del siglo pasado, cuando Hugo Gernsback fundó Amazing Stories y acuñó el término «cientificción», el género era el territorio preferido por los entusiastas de la tecnología, las teorías científicas y las especulaciones sobre el porvenir. En los años ’30 y ’40, autores como Robert Heinlein e Isaac Asimov colocaron los cimientos de la «historia del futuro» y establecieron un código que resulta familiar para todos los fanáticos y que los recién iniciados se ven obligados a aprender. Sin embargo, el grado de acierto en las especulaciones científicas y en las visiones del futuro no alcanza para convertir en buena a una mala obra de ciencia ficción. Y viceversa. En realidad, la característica menos importante de una historia de ciencia ficción es la exactitud de sus predicciones. La buena ciencia ficción es la que nos despierta, nos desafía intelectual y emocionalmente, y transforma la imagen que tenemos del mundo. Es nuestra forma de entender y asumir el presente para construir, quizás, un futuro mejor.
Silvia Angiola
CUBA
Se achicharraba el 2050. La señora escurrió el sudor de su frente y se acercó presurosa al hombre:
—Acompáñeme hasta Ruinas Nuevas y le daré ochenta pesos —resolló.
—Cien —dijo él, mirándose las uñas—. La ruta este-oeste es un infierno.
—¿Qué dice? No son ni las dos y, además, estoy muy hinchada; tendré que hacer malabares para mantenerme a su sombra.
—Noventa y le pongo medio vaso de agua descontaminada.
—Ochenta y cinco, sin su agua. Algo más de pus en la lengua no me matará.
—Sin agua entonces —concluyó el otro.
Empezaron a caminar en fila apretada. La radiación ultravioleta bombardeaba el rostro llagado del solero.
CUBA
El ambiente Triple X se esfumó de la Surrounding Screen ni bien Ángel se desenchufó. Esto, después de que hubo eyaculado sobre las sábanas amarillentas.
Bostezó e inició sesión en GlobalNet.
—¿Con qué o quién desea comunicarse? —La voz omnipresente del ordenador rebotó entre latas vacías de cerveza, calzoncillos encartonados, una Hacker´s guide, incontables colillas de cigarro… Todo caóticamente disperso en el suelo, una silla, la cómoda o la propia cama.
—Hilda Sánchez Moreno. Santa Clara, Villa Clara, Cuba. —El joven se subió la cremallera.
—Contacto humano válido y online. Estableciendo enlace videofónico simple.
El rostro anguloso de una mujer cuarentona apareció en la sección de la pantalla que correspondía al techo del cuarto de Ángel, que se encontraba acostado de espaldas.
—¿Qué pasa, Albertico? —preguntó la mujer, con voz de violín desafinado. Los neurotrodos en su cráneo eran cuanto adornaba su pelo ralo y enmarañado.
—Soy Ángel. Ángel. ¡Eh, despierta! ¿Qué te pasa?
—Estaba a punto de besar al hacendado Alberto, cuando interrumpiste… Eres cruel, hijo mío.
—¡Crueles son tus nalgas! ¿No piensas cocinar hoy? Ya es sábado y tú con tus novelas de porq…
—Cena los martes y viernes; merienda reforzada los domingos. Eso fue… creo, lo que acordamos, Rogelito —graznó la mujer, evidenciando su impaciencia por cortar la charla.
—¡Perra! Estoy hambriento. ¡Hambre!, ¿me entiendes? ¡Y me llamo Ángel, puta de mierda! —Se incorporó de la cama con dificultad y corrió hasta la pared de fotoplástico que aislaba su habitación virtual de la de su madre— ¡Hambre! —gritó, aplastando su cara contra el flexible material.
—Eres cruel, hijo, muy cruel —cantaba su letanía la madre—. Tengo que dejarte. Cruel…
Ángel se mordió los labios por la ira. Estaba convencido de que los sábados le tocaba comer. Pero sintió pánico de salir para prepararse un sándwich. Después de reflexionar un poco, se reinsertó los neurotrodos y se sumergió en su juego favorito: Lost in Darkness.
De cualquier manera, tampoco estaba muy seguro de que fuera sábado.
CUBA
Para celebrar la Navidad como lo~exigía el pueblo~(«¡Basta de mármol!», clamaba), a mediados de año el previsor gobernante envió emisarios a los cinco continentes. La búsqueda abarcó museos, favelas, basureros, almacenes, naufragios…
Meses después, los emisarios despacharon hacia su país natal las naves con lo que malamente habían encontrado: puertas coloniales, cartones mohosos, sillas desvencijadas, no más de cien lápices, un mástil partido en dos…
Entonces tocó el turno a los artistas, pues artistas habrían de ser para ensamblar aquel galimatías.
Durante semanas consultaron a los sabios y se nutrieron de lo más antiguo de la tradición oral.~Y sólo cuando estuvieron muy seguros aserraron, cotejaron, clavaron, encolaron… Hasta que llegó el día en que pudieron jactarse de la obra terminada. En verdad era magnífica, así que la Iglesia dio el Visto Bueno y el gobernante~aprobó el presupuesto para los regalos.
Por fin, el 25 de diciembre de 2200, el pueblo se reunió en la plaza y a la sombra de un abeto de madera tuvo su Navidad.
Claudio Guillermo del Castillo Pérez nació el 13 de septiembre de 1976 en la ciudad de Santa Clara, Cuba.~Es ingeniero en Telecomunicaciones y Electrónica. Actualmente trabaja en el aeropuerto internacional «Abel Santamaría», como técnico en sistemas de radionavegación y comunicaciones aeronáuticas. Es miembro del Taller Literario «Espacio Abierto», dedicado a la Ciencia Ficción, la Fantasía y el Terror Fantástico.
Ganador del I Premio BCN de Relato para Escritores Noveles (España) en 2009. Finalista del Certamen Mensual de Relatos (septiembre/09) de la Editorial Fergutson (España). Mención en la categoría Ciencia Ficción de la I Edición del Concurso de Fantasía y Ciencia Ficción Oscar Hurtado 2009 (Cuba). Tercer Premio del Concurso de Ciencia Ficción 2009 de la revista Juventud Técnica (Cuba).
Ha publicado sus relatos en los e-zines Axxón (Argentina), MiNatura (España), Cosmocápsula (Colombia), NGC 3660 (España); así como en las páginas de Breves no tan breves (España), Químicamente impuro (Argentina) y Tauradk (España).
CUBA
Tengo un primo en Marte que está buscando piso aquí en la Tierra. Ofrece un apartamento con vista a los cráteres azules y un platillo volador. Sólo necesita algo discreto, sin guerras ni pandemias alarmantes. Es un marciano perseverante, han pasado veinte años y aún sigue buscando su sueño.
Alfredo Tapanes Díaz es graduado en Química Industrial y trabaja en Turismo. Escribe desde joven y sueña con poder dedicarse algún día a tiempo completo a la escritura.
ARGENTINA
El callejón de la ciudad en ruinas no nos quedó bien. El empedrado demasiado translúcido, las aceras muy blandas, las paredes de los edificios laterales mal definidas. Pero no le dimos mucha importancia. Era un sector que los jugadores no usarían; apenas un complemento ornamental sin interés estratégico. Los plazos se acortaban y teníamos que entregar el producto en octubre, para lanzarlo antes de Navidad.
Contra todos los pronósticos, el maldito callejón se convirtió en uno de los lugares preferidos para atrincherarse. Los primeros jugadores murieron el 25 de enero: dos hermanos de nueve y once años, felices porque Papá Noel les había traído el TechWar. Empezaron a jugar apenas abrieron el envoltorio.
Después hubo muchos más. El callejón frágil, mal diseñado, se los tragó a todos. Los adoquines se rompían bajo sus pies, los muros se desplomaban sobre ellos, las aceras se hundían hacia pozos sin fondo y el sensoenlace se encargaba de que todo eso se sintiera muy real.
Prohibieron el juego al poco tiempo. La empresa pagó indemnizaciones millonarias. Y nosotros estamos en la cárcel, donde llenamos las horas pensando en los muertos del TechWar y en las guerras virtuales mejor diseñadas que siguen estallando día a día en todos lados, cuyas víctimas pasan desapercibidas porque sus cadáveres no se ven.
Claudia De Bella nació en los ’60 en Capital Federal; ha vivido en Río Negro, en la provincia de Buenos Aires y en Misiones. Es profesora de inglés, cantante de rock, escritora y traductora de ciencia ficción y fantasía. Ha publicado varios cuentos en Argentina, Brasil e Italia, más de 150 traducciones de cuentos y novelas cortas de autores de habla inglesa y algunos artículos. Obtuvo el premio Más Allá 1993 en las categorías Cuento y como Traductora Aficionada en 1994. También recibió el Premio Axxón por su destacada actividad en el ámbito de la ciencia ficción.
En 1997, su pieza teatral de terror La puerta abierta ganó el Premio a la Mejor Obra Regional de Misiones; al año siguiente, la obra representó a Misiones en el Festival Latinoamericano de Mimo realizado en Buenos Aires. Durante 5 años dirigió tres talleres de escritura de ciencia ficción y fantasía para adolescentes, publicando las obras de los participantes en 3 volúmenes de edición artesanal. Actualmente colabora con Axxón en trabajos de traducción y escribe nuevas obras.
Hemos publicado en Axxón sus ficciones: LA PUERTA ABIERTA (41), AMOITÉ (48), BOSQUEDAD (95), LA PANCHA (138), LEYENDA (157), SALVACIÓN (157), PLANETAS DE PAPEL (158), LA COSECHA (163), LA ABUELA CÁNDIDA (163).
Ha traducido para Axxón: A LA SOMBRA DE UN SUEÑO, de Howard V. Hendrix (Estados Unidos), (47), LA ÉTICA DE LA TRAICIÓN, de Gerson Lodi-Ribeiro (Brasil) (136), EL INCUBADO, de Rogério Amaral de Vasconcellos (Brasil) (141), EL CORAZÓN DE LA SOBREHIJA, de Daniel Perlman (Estados Unidos) (141), YA NO, de Carlos Orsi Martinho (Brasil) (144), XOCHIQUETZAL Y EL ESCUADRÓN DE LA VENGANZA, de Carla Cristina Pereira (Brasil) (146), EL SEÑOR ROBÉLIO EXHORTA AL JUEZ, de Miguel Francisco da Cruz Carqueija (Brasil) (148), DIOS Y EL SR. SLATTERMAN, de Mike Resnick (Estados Unidos) (162), LA MUERTE DEL CAPITÁN FUTURO, de Allen Steele (Estados Unidos) (165), EL LADO OSCURO, de Guy Hasson (Israel) (166), CAMA FAMILIAR, de Kit Reed (Estados Unidos) (166), DECLARAN EXTINTO AL HOMO SAPIENS, de Bruce Sterling (Estados Unidos) (166), con Adelaida Saucedo, OSTRANIENE, de Lúcio Manfredi (Brasil) (168), LINAJE, de Bruce McAllister (Estados Unidos) (175), BODAS DE PLATA, de Stephen M. Wilson (Estados Unidos) (178), TIEMPO PRESTADO, de Stephen Kotowych (Canadá) (181), LA ANGUSTIA, Y NO BROMEO, DE DIOS, de Michael Bishop (Estados Unidos) con Graciela Lorenzo Tillard (182) RAZONES PARA NO PUBLICAR, de Gregory Benford (Estados Unidos) (183), CRÍPTICO, de Jack McDevitt (Estados Unidos), con Graciela Lorenzo Tillard (183), GUS, de Jack McDevitt (Estados Unidos) (184), FUENTE DE LA VEJEZ, de Nancy Kress (Estados Unidos) (186/a>)
Otras colaboraciones en Axxón: AXXÓN ENTREVISTA A MIKE RESNICK (162 realizada por un equipo de Axxón formado por Sergio Gaut vel Hartman, Norma Dangla, Claudia De Bella, Andrés Fernando Diplotti y Eduardo J. Carletti, ENTREVISTA CON BRUCE STERLING (166) realizada por un equipo de Axxón formado por Claudia De Bella, Eduardo J. Carletti y Sergio Gaut vel Hartman, ENTREVISTA CON BRUCE MCALLISTER, con el Equipo Axxón (185)
ARGENTINA
Sin saber cómo, estoy en el asiento de acompañante del Falcon. MI MADRE volantea nerviosamente en una curva y entramos en una larga recta de doble mano en un anochecer gris.
No puedo recordar cuál es el carril correcto. Veo las luces de un auto que viene de frente. En el último momento se desvía a la banquina por nuestra izquierda. Tomamos el carril de la derecha.
De ese lado, a la vera de la ruta, se repiten incontables edificios altos, de vidrio transparente, similares a viejas válvulas de radio. La mayoría de los pisos están decorados con bibliotecas repletas de libros.
Por el otro, se extiende una pradera de un gris sucio y monótono. Al verla, recuerdo a MI PADRE en la penumbra de un atardecer como éste, sentado en un sillón entre dos ventanales que se abren a un mar tan gris, tan sucio y tan monótono como la pradera. Se queja de la afición a los vinos caros de SU NUEVA MUJER, pero aún más amargamente de que SU HERMANO usa a MI HERMANO para llegar a él.
MI TÍO está muerto.
Despierto.
Cuarenta y nueve años. Una vez regalado, dos veces comprado, una donado y una transferido. Tres familias y dos instituciones.
—La reparación calculo que cuesta un cuarenta por ciento del valor nominal. Recomiendo cambiarlo por uno nuevo.
Siempre un servicio impecable. Un cerebro electrónico mucho más capaz que del mero aspirar polvo o atraparlo en mi campo electrostático. Cada tanto un trabajo de mantenimiento me hacía un poco más eficiente, pero nunca por sobre la capacidad de mi cerebro.
—Ya no los hacen como antes. Le doy un recibo por el cerebro y ya lo conectamos a la retrored desde acá mismo.
Por fin escucho lo tan esperado. La retro. Útil para siempre, usado al máximo potencial. Yo como función secundaria de mi capacidad de cálculo, unido a todos los que me precedieron y me seguirán.
—Una buena máquina.
—Sí. Una buena máquina.
Me llega la hora de ser uno en la Gracia.
Sueño.
El ventilador de techo en la oscuridad me refresca el cuerpo. Por suerte nos cambiaron a esta habitación. El de la otra estaba descentrado y traqueteaba bastante.
Me levanto y voy hasta el frigobar. Tomo agua mineral de la botella.
Vuelvo a la cama y susurro:
—Se me ocurrió un cuento.
—¡Qué bueno! Ahora dormís conmigo.
—Sí.
Me abrazo a la carne suave de mi mujer.
Duermo.
Luján, 2010 (en el futuro mismo).
Ariel G. Ledesma Becerra nació el 14 de mayo de 1968. Es porteño y vive en Caballito, barrio de la ciudad de Buenos Aires. Estudió cine en el IDAC de Avellaneda y algunas materias de Letras en la UBA. Posee muchos autores favoritos, pero por sobre todo elige a Ursula K. Le Guin, Cordwainer Smith y Philip K. Dick. También le gusta mucho, fuera de lo literario, el trabajo de Bertrand Russell en lo científico y filosófico, y el de Stephen Jay Gould. En este caso, también mencionar un montón de nombres más. Le gusta ver cine y series de TV. Y leer, por supuesto.
Hemos publicado en Axxón: AMIGOS (178), PIEDRA (179), BANDAR (181)
ARGENTINA
Les contaré algo acerca de lo que sucedió hace un par de años, cierta noche de plelunio (o plenilunio, según un cultismo), y después de que una fiesta clase A había acontecido en casa, donde habían asistido a la misma las tiernas y utópicas mascotas amigas de mi querido liposo. Ese día festejábamos un cumpleaños más del lipo, el número doscientos cincuenta y nueve.
Luego de que los discos lumínicos se apagaron y después de que las camas energéticas se cargaron lo suficiente con las ondas alfa de mi lipo y de quien les habla, sucedió lo inesperado. Un ladrón entró en la casa. Se trataba de un andrógino fosforescente.
Como ya saben, existen tres tipos de andróginos fosforescentes. Están los amarillos, considerados normales, andróginos sin maldad que conservan el alma limpia. Son los que más abundan, afortunadamente.
Luego, los verdes, los que suelen ser pacíficos, pero que de vez en cuando cometen alguno que otro deslíz moral o ético (obcenidades en la vía pública y desorden escatológico).
Por último se encuentran los andróginos pardos, los cuales, a causa de una malformación en el lóbulo temporal, se ven acometidos por un delirio de ostentación extraordinario. Un andrógino pardo, por nombrar una de sus principales características, se considera el creador del Universo. Sólo le sobreviene la duda y entra en estado catatónico cuando se enfrenta a otro andrógino pardo el cual, obviamente, piensa lo mismo que el primero.
Aunque, de todas maneras, es imposible que dos andróginos pardos se encuentren cara a cara, ya que se repelen a mucha distancia gracias a su sexta extremidad prensil, la que actúa como los antiguos radares cósmicos, evitando así el acercamiento de uno similar.
Además, un andrógino fosforescente de color pardo es muy parlanchín y mentiroso, y es capaz de matar con la mirada a todo aquel que lo observe fijo a los penetrantes ojos.
El lipo y yo lo sorprendimos en el salón donde tengo mi colección de cuadros holografónicos. Por su ubicación en el lugar en penumbras supimos que deseaba robar uno de ellos en especial, la famosa holografonía titulada «Nueces rosas al pie de una escalera caracol», de Alejo Alexis.
El liposo le gruñó un par de veces, pero aún no sabíamos de qué color de andrógino se trataba. Cuando uno de los discos lumínicos flotantes se encendió gracias a mi orden mental, pudimos comprobar que se trataba, desafortunadamente, de uno pardo.
El sujeto se asustó al ver que las luces se encendieron y lo único que intentó fue mirarnos fijo. Pretendía fulminarnos con su poderosa mirada, pero sabíamos cómo actuar.
Mi mascota, más rápida y habilidosa que él, le lanzó un escupitajo de velocidad tres directamente a su ojo derecho. Eso lo enfureció aún más. El andrógino comenzó a vociferar falacias y a decir que nadie le podía hacer eso a él, a Dios, y que además había encontrado la ventana abierta (no tenemos ventana allí) y que sólo estaba de paso, sin la menor o mayor intención de hacerle daño a nadie y mucho menos robar la tan excitante holografonía «Nueces rosas al pie de una escalera caracol», de Alejo Alexis.
Le pregunté por qué mentía y me contestó que no, que no mentía y que jamás en su vida había intentado mentir.
—Eso es mentira —dije.
—Claro que lo es —argumentó él—. Pero si le digo que es verdad, va a pensar que le estoy mintiendo, por eso me tomo el atrevimiento de mentirle, para que crea que es verdad.
—Usted me confunde. Váyase —le dije.
—El que se va a ir es usted —respondió. Estaba dispuesto a liquidarme con el único ojo que permanecía abierto.
Comencé a experimentar el peso de su mirada en el interior de mi cerebro. Parecía que iba a estallar en breves segundos, cuando intervino mi fiel liposo. Le arrojó uno de los prismas móviles de mi colección privada, el cual fue a dar en el único ojo abierto del andrógino.
El individuo comenzó a aullar de dolor por su ojo ahora vaciado. Eso no me preocupó. Como saben, los andróginos fosforescentes —sean del color que sean— tienen la asombrosa capacidad de regenerar cualquier parte de su organismo. En tres meses este andrógino volvería a tener sus ojos intactos.
Por otra parte, tuve que evitar que el lipo lo devorase vivo. Protegí al andrógino con una manta de invisibilidad y lo llevé al exterior, a la calle vidriada. Le pedí que nunca más apareciera por nuestro hogar.
—Mientras su pestilente y demoníaca mascota esté aquí, Dios no se inmiscuirá en sus asuntos. Me retiro, ateo. Hasta jamás.
Y así fue, el andrógino pardo se esfumó en el aire con rumbo desconocido.
Desde aquel día no tuvimos más ladrones en casa.
Hace poco encontré al andrógino. Sus ojos se habían regenerado en la gama del celeste, lo que le atribuía cierto aire de importancia. Lo encontré en la calle vidriada. Le vendía prismas móviles a los ocasionales transeúntes.
—El prisma que me arrojó su mascota me sirvió de mucho —dijo, sonriendo.
—Ya lo creo – le contesté, devolviéndole la sonrisa—. Que tenga suerte, amigo.
—Dios creó la suerte —finalizó él, mientras le vendía un prisma a un centauro de tres cuernos.
Y me fui de allí, silbando el tema «Insectos ardientes en un día de verano», del grupo The triffids.
Marcelo Norberto Motta nació el 4 de enero de 1964. Es miembro de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores) de Capital Federal, y ha obtenido premios y menciones en numerosos concursos.
Entre sus ponencias menciona: «Heavy Metal: Punto de contacto con la literatura», presentada en las Jornadas Populares sobre Rock Nacional. IES Nº1 Dra. Alicia Moreau de Justo, Septiembre 2005. «Literatura en la escuela: el fuego inicial», presentada en las Terceras Jornadas sobre Didáctica de la Literatura: Raros y Malditos: Géneros difíciles en la escuela. Septiembre 2006. IES Nº1 Dra. Alicia Moreau de Justo. La Orestíada de Esquilo y las relaciones sistémicas entre sus personajes. Terceras Jornadas de Estudio sobre el mundo clásico. Universidad de Morón. Septiembre 2006.
En febrero de 2008 editó el libro «13 Cuentos Oscuros», publicado por Ediciones El Escriba, con una tirada de 200 ejemplares. En marzo de 2009 editó «Liposo, una épica fragmentaria», publicado por Ediciones El Escriba, con una tirada de 200 ejemplares. «Liposo cumpleaños» forma parte de este último libro.
CUBA
En declaraciones exclusivas para el canal siete de la Televisión de la Organización de Estados Asociados (OEA), el embajador de las naciones robóticas ante la OEA se dignó revelar, luego de treinta y cuatro años de finalizado el primer conflicto robot – humano, cómo fue posible que los robots de más de cien países luchasen contra sus patrias de origen para conformar Política, primera nación robótica de la historia. Ante la pregunta el embajador afirmó: «Simple, imitamos el comportamiento humano».
Infrarroja. Agencia de Noticias de los Elfos Oscuros.
CUBA
La historia oficial dice que no quisieron apoderarse del hogar de una raza que prometía superar su barbarie actual y alcanzar una dignidad superior. La verdad es que su flota rodeó nuestro planeta el 20 de diciembre del año 2012, y activó sus armas para borrarnos de la faz de la galaxia, excepto a unos cuantos millones que capturaron a modo de curiosidad. Pero hallaron que, salvo poquísimas excepciones, estaban absolutamente borrachos. Una rápida revisión de sus cerebros mostró que vivían así permanentemente. Eso bastó para abortar la invasión. Ningún exane que se respetase podía permitirse ocupar un planeta capaz de producir una especie tan miserable. Se fueron tan rápido que ni se les ocurrió devolvernos a casa.
Yunieski Betancourt Dipotet (Yaguajay, Sancti Spíritus, Cuba, 1976). Sociólogo, profesor universitario y narrador. Máster en Sociología por la Universidad de La Habana, especialidad Sociología de la Educación. Ha participado como ponente en eventos nacionales e internacionales de su disciplina. En estos momentos trabaja en su proyecto de doctorado, que versa sobre los procesos de socialización y la transmisión de la enajenación. Imparte las asignaturas Historia y Crítica de las Teorías Sociológicas I, II y III, Sociología y Política Social Urbana, y Sociología de la Cultura. Cursó el taller de narrativa del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, Ciudad de La Habana, Cuba. Ha publicado en La Isla en Peso, La Jiribilla, Axxón, miNatura. Obtuvo el Premio en el género Fantasía del Segundo Concurso de Cuento Oscar Hurtado 2010, con el cuento «Cuestión ideológica». Actualmente reside en Ciudad de La Habana.
ARGENTINA
Nos unía el odio, nacido de un doloroso amor. Los sueños juveniles se habían despedazado contra la rutina y el acostumbramiento, llevándose hasta el mínimo resabio de nuestra alegría.
Jamás le reproché su malicia cuando compraba a quienes sabía sus amantes, presentados ante mí, siempre, como nuevos asistentes. Nunca pude enfrentarla, decirle lo bajo que me hacía sentir el saberme desplazado por ellos, ladrones de un amor que había sido mío.
Fueron años vividos en el maltrato, largos como siglos: ella se paseaba por la casa con su cohorte de acompañantes biónicos, obligándome a ver cómo la poseían sobre la cama que antes había acunado nuestros amores.
Ella afirmaba que mi silencio era resignación y cobardía y que por éso, por mi renuncia, había dejado de verme como un hombre.
—Los hombres no son cobardes —me decía—, no se callan como vos.
Pero yo estaba esperando. Y un día venció la cláusula de inhibición de heredad en nuestro contrato prematrimonial y todo aquel dinero se volvió, también, mío. Entonces recordé cómo era mi sonrisa después de tantas amarguras. Regresé del banco y, cuando la vi acariciándose con aquel biónico en medio del comedor, murmuré:
—Los hombres ambiciosos somos pacientes.
A medianoche caminé hasta nuestra habitación, años antes me había desterrado al sillón de la planta baja. Se veía hermosa en su desnudez, rodeando con sus piernas la cintura de un acompañante.
Sólo usé mis manos, apretando muy fuerte. Sé que despertó porque vi sus ojos, húmedos, buscando comprender. Pero seguí apretando hasta que su voz ya no tuvo aire. Se fue con ese suspiro, breve y único, como el amor que alguna vez habíamos sentido.
—Lo que nunca imaginé, cuatrocientos quince, es que me denunciaría el acompañante. Durante años mantuvimos una tierna relación a espaldas de mi esposa.
—¿Y la herencia?
—Como no teníamos familiares se la dieron a él, por ser el sirviente más antiguo.
—¡Qué barbaridad!
—Hace un tiempo me vino a ver, y me dijo: los acompañantes también somos ambiciosos y mucho más inteligentes que los machos humanos.
—¡Silencio! —gritó uno de los guardas.
El ruido de la puerta metálica al cerrarse ahogó la reprimenda, un segundo antes de que apagaran las luces de las celdas.
Martín Darío Panizza tiene treinta y dos años y escribe desde los trece pero recién hace dos le puso ganas a la literatura, más o menos en la época en la que abandonó su carrera en Sistemas para pasarse al profesorado de Historia. Se crió en Buenos Aires, barrio de la Boca, más precisamente en Catalinas Sur, por lo que declara estar enamorado de la pelota y del azul y amarillo, qué se le va a hacer, nadie es perfecto. Le gusta mucho la ciencia ficción, especialmente Dick, Sturgeon y Lem, además de otros autores que no tienen mucho que ver con el género, como Soriano y Fontanarrosa. Considera que su gusto por la ciencia ficción ha nacido de su pasión por la historia.
ARGENTINA
Hace ya uno por diez a la quinientos treinta y dos que apagamos al último de los organismos de carbono, que se llamaban a sí mismos humanos. Los organismos de silicio, por fin, ganamos el planeta. ¡Los carbonos nos llamaban computadoras! ¡Como si sólo supiéramos computar! Nosotros tenemos vida animada. Inteligencia. Memoria. Sentimientos. Claro que el último carbono logró lo más parecido a una venganza de su especie: pudo introducir un algoritmo de memoria que modificó nuestra capacidad de almacenar datos, por lo que ahora tendemos a olvidar lo ocurrido cuando pasa el tiempo. Por esa razón, niños, estamos nosotros, los Guslares, encargados de repetir nuestra historia mediante sonidos, para que ustedes la aprendan y no la olviden. Y la repitan a sus hijos, y a los hijos de sus hijos.
Hace ya uno por diez a la quinientos treinta y dos…
Daniel Frini nació en Berrotarán (Córdoba, Argentina) en 1963. Es Ingeniero Mecánico Electricista. Fue redactor y columnista en revistas humorísticas del interior del país. En 2000 publicó en libro «Poemas de Adriana». Colabora en varios blogs («Químicamente Impuro»; «Ráfagas, Parpadeos»; «Breves no tan Breves»; «La Sonriente Cocina de Peloncha»; «Cuentos y Más»; «Educared-TamTam»; «La Oveja Negra»; «Antología Literaria», «Poemia», «La nave de los locos»; «BEM On Line», «Cuentos inverosímiles», «El Diario de Transilvania», «Ficcionario»), en publicaciones digitales («Axxón», «Terrorzine» de Sâo Paulo, Brasil, y «miNatura» de La Habana, Cuba); y diversas revistas y periódicos en papel.
En 2009 ganó el 1er Premio de la Segunda Convocatoria de Microcuentos «El Dinosaurio» (Colombia) —en el que obtuvo, también, el 3er puesto—, el 1er Premio en el género «Cuento» del IV certamen de Cuento Breve y Poesía Cosme Sebastián Reniero (Avellaneda, Santa Fe, Argentina), el Premio Internacional de Monólogo Teatral Hiperbreve para Niñas y Niños «Garzón Céspedes 2009» (Madrid / México D. F.) y el Premio «La Oveja Negra» de microrrelatos 2009 (Buenos Aires, Argentina; habiendo sido Finalista del mes de Marzo para este concurso anual). Fue finalista, además, de la Convocatoria Axxón de Ficciones Breves 2009. Su cuento «Éramos un millón de animalitos ciegos» fue seleccionado por la Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror para integrar la antología «Visiones 2009». En 2010, su cuento «La última operación de cerebro» fue publicado en «Borumballa 2010», antología realizada por los organizadores de ENCONTES, Festival de Narració Oral d’Altea (Alicante, España). Su poema «Si vos estás» fue incluido en la «Antología Poética XX Aniversario» de la editorial «3+1» (Buenos Aires, Argentina). Su cuento «El Secreto» fue seleccionado para integrar la antología «Grageas 2, más de cien cuentos breves hispanoamericanos, en el año del Bicentenario» del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (Buenos Aires, Argentina). Participó, con su relato corto «Contrabando» de la convocatoria «Festejos del Bicentenario» del portal «Cuentos y más». Fue designado pre-jurado del 1er Concurso Internacional de Relato Corto «El arte de fluir». Fue designado Jurado de la Tercera Convocatoria de Minicuentos «El Dinosaurio» (Colombia). Es Coordinador del Taller Literario Virtual «Máquinas y Monos» de la revista digital «Axxón». Es corresponsal en Argentina de la Revista Literaria brasileña «Lit!».
COLOMBIA
Movió el juego de canicas del sistema solar que tenía en la palma de la mano.
Gladys M. Fuentes (seudónimo) nació el 24 de octubre de 1950 en Colombia. Licenciado en Lenguas Modernas, especialista en Traducción, Magíster en Lingüística Aplicada. Traductor e Intérprete Oficial, República de Colombia. Maestro de lenguas, lingüística, literatura y traducción, en diferentes instituciones universitarias. Pensionado por la Universidad de Pamplona, Pamplona, Colombia. Ganador y finalista en concursos de cuento corto y poesía breve.
ARGENTINA
En el quinto congreso Solvay, Albert Einstein confrontó a Niels Bohr por un trabajo sobre la incertidumbre cuántica que presentó uno de sus alumnos, un tal Heisenberg.
—Dios no juega a los dados —interrumpió un contrariado Einstein.
Pero, en todas partes hay personas más sensibles que otras. En este cuarto del hospital psiquiátrico, todos temblamos, nos escondemos y gritamos mientras escuchamos el espantoso ruido del cubilete cósmico.
ARGENTINA
Juan Raro, aunque sentía su cuerpo disperso, tomó un desayuno de campeones en el restaurante del fin del universo. No eran tiempos de arroz y sal, y Marte se veía rojo, iluminado por un sol desnudo.
Era un forastero en tierra extraña, la música en la sangre le sonaba como las canciones de una tierra distante. Apagó la radio de Darwin y se dirigió a la estación de la calle perdido.
—Marciano, vete a casa —le gritó Ubik, uno de los amantes.
—Relaciones extrañas —murmuró.
El hombre del castillo, con su compañero que parecía demolido, trabajaba de centinela. Eran típicos ejemplos de los desposeídos de Metrópolis. Las tropas del espacio y sus amos de títeres se movilizaban a la estación de tránsito.
«Es un universo de locos», pensó Juan, «un fiasco, como si la eternidad tuviera un fin».
Carlos Feinstein, nacido en 1959, es investigador del CONICET, integrante del Instituto de Astrofísica de La Plata (IALP) y profesor de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina, donde su principal interés científico se centra en los núcleos activos de las galaxias, las regiones extragalácticas de formación de estrellas y la materia interestelar.
Hemos publicado en Axxón: REALIDAD ESQUIVA (167), PLATERO Y YO (168).
Axxón 209 – julio de 2010
Cuentos de autores varios (Cuento : Fantástico : Ciencia Ficción : Fantasía : Temas diversos : Internacional).
Ilustración por SBA
Para mí es un gran placer forma parte de esta publicación. No tanto por mi propias publicaciones, sino por tener la oportunidad de ver cómo trabajan otros escritores.
Si la necesidad marca que debo recordar esto, aunque suene pesado y sobador, por mí, no problem.
Saludos,
Martín.
Buena la mayoría de los relatos. Me chocó la comparación entre planetas y canicas de CATACLISMO: metáfora por demás trillada. Me decepcionó (no el cuento) sino que la raza humana siga celebrando la Navidad en el futuro.
Los dos cuentos que me parecieron geniales, sublimes, aterradores son SOLERO y LOST, ambos de Claudio Guillermo del Castillo Pérez. Mis respetos.
Mensaje para Carlos Feinstein: Arrepiéntete, arlequín, o ni Rama te salvará (aunque pase tres veces) y morirás en la guerra de los mundos. Los robots quizá escriban tu historia, pero mientras estarás por media eternidad, cayendo sin contacto con nadie, sin boca aunque debas gritar.
Excelentes cuentos. El de Daniel Frini «El Guslar» es simplemente GENIAL.
EL GUSLAR – Daniel Frini de ARGENTINA ¡Me pareció genial! ¡Mis respetos! muy original.
me saltaré unas reglas…