Las lunas de Plutón posarán ante las cámaras en el 2015

Nix e Hidra, los alejados satélites de Plutón, y su gran luna Caronte, podrían el as en la manga para la comprensión de cómo se formó en realidad este fascinante sistema de cuatro cuerpos

Los datos del Telescopio Espacial Hubble que se presentaron la semana pasada durante un taller sobre Nix e Hydra en el Space Telescope Science Institute en Baltimore, Maryland, indican que el brillo de los dos satélites varía, lo que indica que son muy alargados, más parecidos a los asteroides que a una luna esférica.

El taller fue el primer debate formal sobre estos dos satélites desde su detección por el Telescopio Espacial Hubble en mayo del 2005, y se produce cinco años antes del tan esperado sobrevuelo del sistema de Plutón por la sonda New Horizons de la NASA, que costó 719 millones de dólares.

Al mediodía GMT del 14 de julio de 2015, los investigadores finalmente tendrán la oportunidad de observar de cerca este esquivo planeta enano y sus compañeras. Será cuando la sonda New Horizons esté en su momento de máximo acercamiento, a unos 10.000 kilómetros de Plutón.

Pero sin duda, el mayor enigma es cómo permanece tan estable este sistema de cuatro cuerpos, más que nada porque Nix e Hydra se encuentran muy lejos de Plutón y Caronte: Nix orbita a unos 49.000 kilómetros de distancia de Plutón, mientras que Hydra está a 65.000 kilómetros de distancia.

Siendo unas 10.000 veces más tenues que el propio Plutón, los dos satélites son casi imposibles de observar desde la Tierra. Se estima que tienen entre 30 y 150 kilómetros de diámetro. Se cree que Nix e Hydra están compuestos por roca rica en silicatos mezclada con hielo de agua, con trazas de hielo de metano y dióxido de carbono.

Plutón fue reclasificado recientemente, cuando se lo degradó de sus estatus de planeta y pasó a ser considerado un planeta enano. Con unos 2.400 kilómetros de diámetro, tiene aproximadamente el 70 % del diámetro de nuestra Luna. Plutón sigue siendo el más brillante y mejor estudiado de todos los objetos detectados en el Cinturón de Kuiper (el anillo de objetos helados que se extiende en el Sistema Solar exterior más allá de Neptuno y que se compone de los desechos que sobraron de la formación del Sistema Solar).

Ya están programadas algunas observaciones por New Horizons de Plutón y sus satélites, desde siete días antes hasta dos días después del encuentro más cercano, afirma Leslie Young, investigador adjunto de la misión y científico en el Southwest Research Institute del Separtamento de Estudios del Espacio en Boulder, Colorado.

Pinball planetario

Sin embargo, la propia existencia de los satélites alrededor de Plutón en los helados límites exteriores del Sistema Solar apunta a una violenta mezcla en un «pinball planetario» que se debe haber experimentado en nuestra extendida nebulosa solar.

Es más probable que los tres satélites se formaran al mismo tiempo, tal vez como resultado de una colisión entre Plutón y otro objeto de tamaño planetario, señala el científico planetario Alan Stern, investigador principal de la misión New Horizons, también en el Southwestern Research Institute. Es probable que los escombros resultantes de la colisión fueran lanzados a la órbita alrededor de Plutón, donde se formaron Caronte, Nix e Hidra, dice Stern.

Si como se espera, éste es el caso, las huellas espectrales que muestran la composición de Nix e Hydra deberían ser muy similares a las de Caronte y Plutón.

Sin embargo, si los espectros de Nix e Hydra son diferentes, esto podría indicar que los satélites fueron capturados por gravedad desde la cercana reserva de pequeños objetos del Cinturón de Kuiper, en lugar de formarse como consecuencia de una colisión. Pero esto se considera muy improbable, puesto que por lo general el plano orbital de los objetos capturados está inclinado en ángulos azarosos. Las órbitas de Nix e Hydra, en cambio, están ambas en el mismo plano que la de Plutón y Caronte.

Se ha planeado que la nave espacial New Horizons observe Nix e Hydra con una resolución de hasta 100 metros (el tamaño de un campo de fútbol), que debería tener suficiente detalle como para revelar cráteres, formaciones del terreno y fallas geológicas, y también se medirían las dimensiones de los satélites, sus forma, temperaturas y composició de la superficie.

«Estos son cuerpos completamente diferentes, compuestos más que nada de hielo con algunas rocas y materiales orgánicos», dice el astrónomo Will Grundy del Observatorio Lowell en Flagstaff, Arizona. «Apenas estamos empezando a entender cómo funcionan geológicamente».

Fuente: Nature News. Aportado por Eduardo J. Carletti

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